La metodología en Gestión de Proyectos es una disciplina que se empezó a desarrollar formalmente en los años 50, a la vista de que la aplicación de conocimientos, procesos, habilidades, herramientas y técnicas adecuados puede tener un impacto considerable en el éxito de un proyecto.
Así, han surgido una amplia variedad de enfoques y metodologías en este ámbito, fruto de múltiples experiencias acumuladas en el tiempo, pero que en el fondo tampoco difieren tanto.
La metodología indica cómo empezar y cómo seguir para desarrollar un proyecto (mayor rapidez y menor coste controlando los riesgos). En el inicio y desarrollo de cualquier proyecto, es necesario saber qué fases, etapas y entregables hay que realizar. Conocer y aplicar una metodología de referencia proporciona a la dirección de proyectos y a los equipos dicha información, indicando cuál es el camino más rápido, fiable y con menor coste y riesgos para lograr los objetivos del proyecto.
Pero, la metodología debe ser capaz de adaptarse a las necesidades de cada proyecto. A la hora de abordar un proyecto se deberá decidir qué metodología es la más apropiada en cada caso.
Como suele ser habitual en cualquier ámbito, no es habitual encontrar una fórmula mágica que aporte la solución perfecta, poniendo el foco en los aspectos más críticos y relevantes propios de cada proyecto y sin caer en una excesiva burocracia que alargue plazos e incremente costes innecesariamente.
Se puede usar diferentes metodologías y herramientas para implementar el marco metodológico de referencia para un Proyecto, eligiendo de cada una los elementos que mejor apliquen a un proyecto concreto. El éxito radica en la habilidad para determinar los aspectos metodológicos que mejor aplican en cada caso y descartar aquellos que no aporten valor.
¿Existe alguna metodología para determinar el marco metodológico a seguir en un proyecto concreto?. Podemos complicar el proceso enormemente, si no somos conscientes de lo importante que es, a la hora de determinar el enfoque metodológico a seguir en un proyecto y que de verdad aporta valor, contar con un director de proyecto con amplia experiencia.
Éste, en base a sus conocimientos metodológicos, su experiencia acumulada de buenas y malas prácticas, lecciones aprendidas a lo largo de su carrera profesional, y aplicando su sentido común, es quien puede disponer del verdadero criterio para definir, de forma personalizada, el enfoque metodológico que mejor aplica a un proyecto, y es capaz de aplicarlo y seguirlo a lo largo de la ejecución del mismo
Con esto no estamos diciendo nada nuevo. Solo reforzamos el propio propósito de la Guía del PMBOK®, publicada por el PMI, Instituto para la Gestión de Proyectos, una de las entidades más prestigiosas a nivel mundial en Metodología de Gestión de Proyectos, y con su propio programa de Certificación.
Esta Guía está basada en una recopilación de buenas prácticas generalmente reconocidas, teniendo en cuenta que “Buenas prácticas” no significa que deba aplicarse siempre de la misma manera en todos los proyectos, y “Generalmente reconocido” significa que los conocimientos y prácticas descritos se aplican a la mayoría de los proyectos, la mayor parte del tiempo, y que existe consenso sobre su valor y utilidad.
Esto es Worklogic aplicado a metodología de dirección de proyectos, la forma de trabajar aplicada por los cualificados y expertos profesionales de Veriter, que se caracteriza por ser directa y orientada a los resultados rápidos y eficientes.